jueves, 19 de enero de 2017

De ruta hasta los Lagos de Covadonga

Hola!!, parece que ya por fin hemos entrado oficialmente en el invierno, ¿no?. ¡Qué poco acostumbrados estamos en Almería a estas temperaturas! y en realidad tampoco son tan bajas, ¡no se que sería de nosotros si estuviésemos a bajo cero!. 

A mí me gusta el verano, el calor, quitarme capas en lugar de ponerme, pero ahora el frío, la lluvia  y la nieve es lo que toca, lo que no es normal es que en pleno mes de Enero paseemos en manga corta. Así que ahora toca hacerle frente al frío y sacar del armario las prendas que nos resguarden de él.

En días como estos cada vez más opto por prendas de sport, por las siguientes razones: son cómodas, voy abrigada y lo más importante porque me encantan!!.
En este post llevo sudadera de Zara Kids, camiseta y pantalón térmico de Decathlón, plumón de Pull&Bear y bufanda de H&M. Además las zapatillas se han convertido en un imprescindible, como ya os comenté en otra ocasión me permiten caminar por cualquier sitio sin dificultad.

Vamos con el post de hoy 😉

Tener la posibilidad de poseer un territorio que auna mar y montaña es todo un lujo, un punto panorámico bien escogido donde se nos pueda ofrecer la posibilidad de dominar ambos espacios geográficos, uno de esos lugares es el mirador del Fito.
 
El Fito se encuentra en el concejo de Parres (Asturias),  es una  estructura de hormigón, desde donde se ven unas extraordinarias vistas. Un lugar único, pues nos permite ver a un lado el mar y al otro la montaña. El panorama es grandioso y si el día está despejado (cosa que no es segura con el clima atlántico) las vistas  pueden ser espectaculares.

Al norte vemos el mar cantábrico (sólo estamos a 5 kilómetros hacia el interior) y apreciamos las localidades costeras y las muy dispersas poblaciones y aldeas que caracterizan el paisaje asturiano. Hacia el sur se vislumbran los Picos de Europa, un macizo que forma parte de la cordillera, famoso por sus lagos, por su parque nacional y por sus ascensiones ciclistas.

Como podréis ver, esta región posee una gran belleza paisajística y naturaleza exuberante.








A pocos kilómetros del mirador, en el propio concejo de Parres se puede asistir al Descenso Internacional del Sella (en agosto). Además, en las cercanías encontraremos villas y pueblos de gran encanto, por un lado Cabrales, donde podremos degustar su afamado queso y regarlo, cómo no, con la deliciosa sidra asturiana. Por otro, Cangas de Onis, donde los amantes de la aventura podréis encontrar muchas empresas para hacer el descenso, en la época de deshielo o verano,  (esta es otra de mis actividades pendientes para cuando vuelva).

 En Cangas los domingos es fácil encontrar un gran mercadillo donde además de ropa y calzado puedes adquirir productos típicos de la zona, una verdadera degustación de la gastronomía asturiana y si es con un buen vino mejor!...jajaja.





Desde Cangas pusimos rumbo hacia los Lagos de Covadonga,  sin saber si los podríamos ver.  Nos habían comentado que sería complicado, incluso en verano es difícil verlos, porque habitualmente los cubre una gran capa de bruma.

 Al llegar allí nos informaron que no podíamos subir en coche, pero que habían habilitado un servicio de autobuses, así que aparcamos justo al lado del Santuario y la cueva donde supuestamente dicen que apareció la Virgen y nos dispusimos subir.

La carretera era muy estrecha, la nieve llegaba hasta ella y los conductores de los autobuses se comunicaban a través de una emisora de radio para cruzarse justo en las zonas que podían hacerlo, la verdad que impresionaba porque cuando el morro del bus entraba en la curva parecía que íbamos a caer, pero mereció la pena porque desde él se apreciaba mucho mejor el paisaje, tomé nota de unas rutillas que tenían muy buena pinta.

Una vez allí, comprobamos que habíamos tenido suerte, ¡hacia un día precioso!, así que pudimos ver estas preciosas lagunas glaciares formadas por los lagos Enol, La Ercina y uno más pequeño que se llama El Bricial, que sólo tiene agua cuando se produce el deshielo en las montañas.  
 
Es muy común ver los rebaños de vacas pastando a sus anchas por las praderas de alrededor pero por lo visto la nieve las había asustado, así que no pudimos escuchar el sonido de los cencerros  rompiendo el silencio absoluto que había, ¡no vimos las vacas! jajaja 😂. Aún así, pasamos un largo rato disfrutando del día y de la buen temperatura.

Las imágenes hablan por si solas, parece una estampa característica de Holanda o Suiza,  pero no,  se trata de Asturias, ¡un verdadero paraíso natural!.








Si no escalas la montaña, jamás podrás disfrutar el paisaje...

Feliz finde!! 😚😚


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