viernes, 30 de octubre de 2015

Lucerna y Zurich

Despierta y se mira en el espejo, el reflejo es borroso y dentro de él encuentra infinidad de recuerdos, vivencias, momentos del pasado. El tiempo se detiene, y su corazón vuelve a latir al sentir esa presencia...
 La nostalgia es su compañera inquieta, nerviosa, le acompaña de la mano temiendo marcharse sola. Entre las múltiples experiencias que permite su mundo emocional, realiza  un viaje hacia lo imposible,... hacia el pasado. De repente se siente invadida por imágenes, palabras o sensaciones del ayer, capta que no es un mero ejercicio de la memoria ya que acompañando esos trazos de su vida permanecen emociones que se instalan nuevamente en su interior. Es aquí dónde sus emociones despiertan ese sentimiento que cubre todo su ser con su presencia, como si el tiempo se atorara con el único propósito de meterse en la encrucijada de ser lo que no pudo ser, sometida al quiero y no puedo,  perdida en el laberinto del tiempo sin poder salir de él, sin sufrir, añorando un regreso por el momento imposible...


Los días en Zurich fueron muy tranquilos, la ciudad no tiene muchas cosas para ver, nosotros los aprovechamos para pasear y celebrar.
 Con el post de hoy pongo punto y final y aprovecho para dar las gracias a tod@s los que lo compartieron este viaje conmigo, que de una manera u otra hicieron que fuera especial.
Gracias por vuestro trabajo, vuestra paciencia y colaboración para que yo pudiera publicar.





















Recordar nuestro pasado es sano si sirve para vernos tal y como somos hoy, acordarnos de aquellos que fuimos y observar quienes somos ahora...

Besos!!

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